miércoles, 26 de enero de 2011

Maceo en Santo Domingo




SANTO DOMINGO. Ulises Heraux "Lilís" es una de las figuras más contradictorias de la historia dominicana. Lilís, asesinado en Moca el 26 de julio de 1899 -quien gobernó con mano férrea República Dominicana del 1 de septiembre de 1882 al 29 de enero de 1883; del 6 de enero al 27 de febrero de 1887 y también del 30 de abril de 1889 hasta su asesinato por Jacobito de Lara y Ramón Cáceres- fue sin embargo un decidido apoyo para los mambises que enfrentaban la metrópoli española por la libertad de Cuba.


Admiraba a Antonio Maceo y los demás cubanos que estaban exiliados en el país, tanto que llegó no solo a brindarle cobija en la tierra dominicana, sino a apoyarlos financieramente en sus aprestos independentistas.


Un libro de Emilio Rodríguez Demorizi, titulado "Maceo en Santo Domingo" (Editorial El Diario, 1945), me ha develado a un Lilís más humano, que junto a las incontables anécdotas de su manera de ser, perfilan a un ser humano contradictorio y rico en matices. También habla del general Gregorio Luperón ("el Maceo dominicano", le han llamado) quien no paró mientes en dar todo su apoyo al cubano.



El libro, que ofrece detalles sobre un atentado a Maceo en Puerto Plata, preparado por el español Francisco Otamendi, cuenta sobre el romance de Maceo con María Filomena Martínez, "La Generala", hermana del famoso guerrillero José Martínez y hecha de la misma materia heróica del mejor brazo de la independencia cubana.


Sucede que Otamendi le ofrece diez onzas de oro a Filomena para que lleve a Maceo a la playa y allí "darle dos tiros". Alarmada, La Generala se lo cuenta a Juan Brenz, cuñado de Luperón, quien a la sazón es Presidente de la República, y éste no pierde tiempo, poniendo en prisión a Otamendi. El libro da detalles de las declaraciones hechas por La Generala ante el Juez, donde informó que el propio Otamendi la había llevado ante el cónsul español quien le ofreció diez onzas de oro si le decía día y hora de la partida de Maceo "para reunirse en Jamaica con Vicente García para armar la revolución en Cuba".


Maceo y La Generala, según desliza el libro entre líneas, vivieron una fogosa relación amorosa. Definitivamente, los lazos entre cubanos y dominicanos, van más allá de una simple relación de vecinos o amigos.