lunes, 20 de junio de 2011

¿Ud. se leyó El Quijote? ¿En qué página encontró la frase "Nos ladran Sancho..."?

SANTO DOMINGO. La primera parte de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, de Miguel de Cervantes y Saavedra, fue publicado, por entregas en 1605 y 10 años después, en 1615, la segunda parte “El ingenioso caballero Don Qujote de la Mancha”, por Juan de la Cuesta, su impresor. Esta es quizás la novela más famosa del mundo entero, y uno de los libros más publicados -después de la Biblia, el Corán, y las obras de Vladimir Illich Lenin-, en más de 50 idiomas y con más de 1,500 ediciones.
Se hace pues, un poco difícil, al menos para los intelectuales, periodistas, y para las personas que tienen un grado más o menos aceptable de cultura, no intentar leer la novela que abrió las puertas de la litertaura contemporánea. Muchos dicen que la leyeron… aunque no la hayan leído. Y para probarlo dicen “como dice El Quijote ‘nos ladran Sancho, señal que cabalgamos’”.
Pero esa frase NO ESTÁ en “Don Quijote”. Así que no pertenece a Cervantes, a quien miles de supuestos lectores le han atrbuido la frase.
 
¿DE DONDE PROVIENE LA FRASE?
“Nos ladran Sancho, señal que cabalgamos” se dice textualmente en la película Don Quijote (1992), de Orson Welles (1915-1985).
A principios de esa década, el director, guonista, actor, editor y productor español Jesús Franco fue contactado por la Sociedad Estatal para la Exposición Universal de Sevilla de 1992, con el fin de recopilar el material y montar la película que se estrenaría con el título de Don Quijote, un film que el genial director americano rodó a lo largo de décadas y dejó inacabada. “Tras mucho tiempo de trabajo y montaje, estrenó finalmente la película, aunque no recibió una muy buena acogida por la crítica. Algunas de estas críticas se debieron, entre otras razones, al hecho de que la sociedad de la Expo no consiguió reunir al menos un tercio del metraje rodado por Welles, por desaveniencias económicas con los herederos del cineasta. Así, por ejemplo, la versión de Franco no cuenta con una de las imágenes más famosas de la película, una secuencia rodada en México en la que Don Quijote se ve a sí mismo en un cine y arremete con su lanza contra su propia imagen, destrozando la pantalla de la sala”, dice Wikipedia sobre Jesús Franco.
Pues justo en ese filme es donde aparece la frase que muchos han tomado como muestra de que se leyeron el voluminoso libro.
La frase tiene otros orígenes. Según uno de los más interesantes escritores e investigadores de los orígenes de frases o palabras en castellano, el mexicano Arturo Ortega Morán, se trata de una metáfora cuya más antigua referencia la encontró en un epigrama del italiano Andrea Alciato (1492-1550) titulado “Innanis Impetu”, de la obra “Emblematum Líber”, donde dice:
“Para el perro, es la luna un gran espejo;
Ve su reflejo creyéndolo otro perro,
Vanos ladridos ahogados por el viento.
La luna sorda, prosigue su camino”.
Más adelante, en su artículo titulado “Nos ladran Sancho, señal de que cabalgamos”, en su sección Cápsulas de lengua, publicada el 29 de enero del 2010, en “Mundo hispanohablante”, Ortega Morán aporta lo que quízás sea una de las fuentes de Orson Welles para usar esta frase dentro de su versión cinematográfica que nunca pudo ver completada:
“Cabalgamos por el mundo
En busca de fortuna y de placeres
Mas siempre atrás nos ladran,
Ladran con fuerza…
Quisieran los perros del potrero
Por siempre acompañarnos
Pero sus estridentes ladridos
Sólo son señal de que cabalgamos”.

Este es un fragmento del poema Ladrador (1808), de Johann Wolfgang Goethe (1749-1832), traducido especialmente para él por Roberto Gómez Junco Jr. Fue más atrás Ortega Morán y descubrió que en la obra “Porverb of all nations”, publcada en inglés en 1859 del autor Walter Ketting Kelly, aparece un proverbio turco de inquietante similitud: “The dugs barks, but the caravan passes” o lo que es igual en español: “Los perros ladran, pero la caravana pasa”.

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