jueves, 31 de marzo de 2011

JACOB BERNETT, UN NIÑO GENIO

SANTO DOMINGO. Los niños genios son un dolor de cabeza. En primer lugar para ellos mismos; en segundo lugar para sus padres y hermanos -si los tienen- y luego, para la sociedad, que por lo general no sabe qué hacer con ellos.

Imagínese un niño genio en una aldea remota de Burkina Faso. ¿Cómo puede ser detectado? ¿Tendrá las posibilidades de desarrollarse? ¿Cuántos niños genios habrá perdido sin querer el llamado Tercer Mundo, sin poder hacer nada con ellos?
Conocí hace unos años en la Universidad de Mayagüez, Puerto Rico, a su más joven estudiante de término: un niño de 12 años, hijo de un mensajero de correos y de una ama de casa de una zona rural, que gustaba de jugar con su perro y su hermanito. El niño, a la sazón, trabajaba en su tésis de diploma, bajo el concepto físico del tiempo. Su objetivo era demostrar que el tiempo no era algo lineal, sino que ocurría en ciclos, según capté de lo que él trató de explicarme.
Su nueva versión es Jacob Barnett, un chico también de 12 años, que gusta de jugar baloncesto y padece de un tipo de autismo leve conocido como Síndrome de Asperger. Su coeficiente de inteligencia es de 170. A los 3 años comenzó a armar rompecabezas de 5,000 piezas, y dejó estupefacto a todo un auditorio con una de sus preguntas, que puso contra la pared a un profesor que explicaba el universo en el planetario de la Universidad de Butler.
De manera autodidacta, según las informaciones que han corrido hoy por todo el mundo, aprendió cálculo, álgebra, geometría; concluyó secundaria a los 8 años, y hoy toma clases de Astrofísica en la Unibversidad de Indiana. A pocas semanas de cumplir 13 años, Jacob está sueperadno lo que sus profesores pueden enseñarle. De modo que ya fue contratado por la misma universidad para realizar investigaciones. Actualmente trabaja en una investigación propia que desafía la teoría del Big Bang, o el orígen del Universo.
"La teoría en la que está trabajando involucra varios de los problemas más difíciles de la Astrofísica y la Física teórica", escribió a su familia Scott Tremaine, del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Princeton, donde trabajó el propio Einstein. "Cualquier persona que logre resolver esto será un candidato seguro al Premio Nobel".
Mientras, su familia sigue sin entender nada. Ni de lo que le habla el chico, ni de donde llega esa capacidad, ese don. Jacob es el raro de la familia; aunque en realidad sus padres desde el principio le han alentado. Han contado lo sucedido en el dichoso planetario: "Estábamos en la multitud, sentados, escuchando a un profesor preguntar si alguien sabía por qué las lunas que orbitan Marte tienen forma de patatas y no son redondas", contó su madre Kristine. "Jacob levantó su mano y dijo: 'Perdóneme, pero ¿cuál es el tamaño de las lunas alrededor de Marte?'". Después de que el profesor respondiera, dijo, "Jacob lo miró y le dijo que la gravedad del planeta ... es tan fuerte que la gravedad de la luna no sería capaz de atraerlo hacia una forma redonda". "El edificio entero... todo el mundo lo miraba, como pensando, '¿Quién es ese niño de 3 años?"
El profesor de Física de IUPUI John Ross ha dicho: "Si podemos conseguir que todos los jugos creativos (de Jacob) trabajen en una dirección determinada, es posible que puedan verse algunas cosas realmente sorprendentes en el camino".
Un informe psicológico realizado a Jacob arrojó lo siguiente: "Necesita trabajar en un nivel de instrucción, que en la actualidad es una universidad en un puesto de posgrado en matemáticas, es decir, una maestría de posgrado. En esencia, sus habilidades matemáticas están en el nivel que se encuentran en alguien que está trabajando en un doctorado en matemáticas, la física , la astronomía y la astrofísica. ", según el neurofisiólogo clínico Carl S. Hale de Merrillville, Indiana.

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