viernes, 1 de abril de 2011

Una señal de afuera

SANTO DOMINGO. Cuando Nicolás Guillén escribió su soneto al cosmonauta, terminó con una respuesta del viajante interestelar, allá a fines de los 70 o principios de los 80: "hay en efecto un butacón, pero está vacío"; con lo cual ni negaba ni afirmaba la existencia de Dios. Sino que hacía mayor la duda, porque ¿quién entonces había puesto el butacón en el cual Dios debía estar sentado?
No podemos estar solos. Quizás somos -como afirmara Erick  von Danicken- la suma de una civilización que venía surgiendo en la Tierra, con otra más desarrollada, llegada sabe Dios de qué rincón del Universo.
La Nasa ha descubierto, hace par de semanas, una señal muy inquietante.

                                              Señal recibida a través de la red del sistemaSeti

“Nadie sabe que causó esta señal. Hay una ligera posibilidad de que haya sido originada por una inteligencia extraterrestre”, dijo la Nasa en un informe a la prensa el pasado 16 de febrero, casi después de dada a conocer la noticia.
“Aunque esta fuerte señal no ha sido identificada, los astrónomos han identificado muchos atributos en esta que parecen indicar que se trata de algo extraterrestre. Muchas señales inusuales que provienen del espacio aún permanecen sin identificar. Ninguna señal ha sido lo suficientemente fuerte o larga como para ser ambiguamente identificada como parte de un mensaje extraterrestre”, dijo la nota especial. Nada más se ha dicho. Solo esa afimración del 16 de marzo del 2011.

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